La comunicación gestual es otro ingrediente de un concurso de cocina.

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El “Churrasco de Ternasco de Aragón braseado con puerros, mollejas y aromatizado con menta” de Miguel Bailo es  el primer premio del Concurso de Cocina para Escuelas de Hostelería “No te cortes”. Miguel recibió ayer el reconocimiento con actitud reconcentrada, con una especie de solemnidad que venía a decir: «No te equivoques, esto de la cocina me lo tomo muy en serio».  El alumno de la Escuela de Nuestra Señora de Guayente (Benasque), ha destacado entre los once participantes representantes de seis de las principales escuelas de hostelería de Aragón.

El certamen, organizado por el Consejo Regulador de la I.G.P. Ternasco de Aragón, ha celebrado su final en la Escuela de Hostelería Topi (Zaragoza), con un jurado profesional encabezado por el presidente de la Asociación de Cocineros de Aragón, Domingo Mancho.

Antes del «premio gordo» llegaron los accésit. Y aquí viene la explicación al titular. El mejor Tournedó fue para Fátima Rabhi (San Lorenzo) por su “Tournedó de Ternasco de Aragón con cuscús de pasas, orejones y dátiles”; el Accésit al Carrillón, para Verónica Campo (San Lorenzo), por su “Coca de Carrillón de Ternasco de Aragón con salsa de yogur”; y el Accésit al Churrasco, para Loren Gruezo (Topi), por su “Churrasco de Ternasco de Aragón macerado con hojaldre de pico de gallo y patacones”.

Loren, la chica del gorro oscuro, no se lo podía creer. Recibió un intenso aplauso de sus compañeros, a los que les explicaba con gestos son asombro, «¿cómo es posible'», «¿Esto es real?», «¿De verdad soy merecedora de semejante reconocimiento?».

Regresé a casa conduciendo. Al mirar en el espejo retrovisor me sorprendí portando su sonrisa en mi boca. Su infinita y agradecida expresión de felicidad.

Con esta iniciativa de comunicación concluye la campaña de “Nuevos cortes en las escuelas de hostelería”. Desde noviembre de 2015 se han realizado master-class en Miralbueno y Topi de Zaragoza, San Lorenzo de Huesca, Escuela de hostelería de Teruel, IES Zaurín de Ateca y Escuela de hostelería de Guayente, en Benasque.

Foto: Gabi Orte