La comunicación gastronómica a veces también se crispa por los vaivenes de la política. En esta ocasión, sucumbió a los efectos benéficos de un toque de canela. Un grupo de periodistas aragoneses acabamos de volar con los sentidos y buenas dosis de imaginación hacia el misterioso y convulso Oriente Próximo.

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Sentados a la mesa del restaurante El Foro compartimos la experiencia con Nacho Machín, su propietario, en su nuevo papel de califa eventual. No había odaliscas, ni Scheherezade hizo acto de presencia, pero el chef del establecimiento zaragozano, Pedro Martín, suplió aquellas ausencias con una larga, documentada y laboriosa propuesta gastronómica que podéis disfrutar todo el mes de marzo.

De jueves a sábado (lo mejor es llamar, te pueden hacer un “traje a medida”), celebramos la fiesta de esta cocina milenaria, con platos al centro, para compartir, entre los que me sorprendió un excelente Tabbouleh con Tajine de cordero (ciruelas, cordero, almendra, cebolla, canela, cúrcuma, aceite, pimienta, y algo más) que me trasladó al corazón de Marrakech, para deambular por las callejuelas que desembocan en la plaza Jemaa el Fna, y terminar en cualquier hammam sin turistas.

Por cierto, aunque no seas laminero, déjate llevar por la Baklava de Pedro. Postre  basado en la despensa tunecina que colonizó los paladares de medio mundo entrando por Grecia. Igual de contundente que irresistible. Quizás demasiado para esta profesión tan sedentaria. La Baklava posee la característica de ser el primer producto de Turquía reconocido como denominación de origen por Europa.

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Aquella deliciosa masa de nueces trituradas, masa filo, frutos secos y un baño de jarabe de miel, nos hizo olvidar los duelos y quebrantos de la actualidad informativa, y sin darnos cuenta, ya sobrevolábamos los minaretes de Estambul dirección a la Mezquita Azul.

Como la música con las fieras, la gastronomía Árabe tiene un efecto balsámico. Esta cocina milenaria situada junto al arco mediterráneo, actúa como un exótico bebedizo que amansa a la prensa.

Si es cierto que alguno de los platos requería una mayor presencia de especias, también lo es que El Foro logró transportarnos a la cultura gastronómica ancestral de países como Turquía, Egipto, Marruecos, Grecia, Túnez o Croacia.

Para terminar, me viene a la cabeza la película griega “Un toque de canela” (2003). En la obra de Tasos Boulmetis la canela representaba a Venus porque  «como todas las mujeres, la canela es dulce y amarga».  Buscadla, disfrutadla, esa evocadora obra os hablará mejor que yo sobre el poder enigmático de las especias.

Imágenes: Eduardo Bueso.