Este verano he tenido el placer de ejercer de «guía gastronómico» para varios amigos, periodistas y algún familiar que se ha asomado por Zaragoza. La mayor parte de ellos me preguntaba dónde había que ir para degustar la cocina tradicional de Aragón. Pues bien, escapando del compromiso de enumerar los abundantes establecimientos de calidad que existen en nuestra Comunidad, algunos centenarios, otros de reciente apertura, y todos fervientes defensores de la tradición en los fogones, me he apoyado en algunas pautas que aportan desde el Monasterio de Piedra.  Desde este enclave singular situado en la comarca aragonesa de Calatayud, nos proponen realizar un viaje con los cinco sentidos a través de una selección de los platos más representativos de Aragón. Lo sé, soy consciente, se dejan muchos y muy representativos como la borraja o el Ternasco, pero nos podrían servir para orientar un par de días el apetito de nuestros visitantes:

Pollo al Chilindrón. Es una receta tradicional aragonesa cuyo origen se sitúa en la ciudad de Zaragoza. La base de este exquisito plato es el Chilindrón, salsa hecha a base de cebolla, ajos, tomates y pimientos rojos con unos tacos de jamón, que le dan a la salsa un sabor rico y especial.

pollo al chilindrón aragón

Migas aragonesas. Una receta humilde que no por ello deja de ser deliciosa. Resultado del ingenio de pastores y trashumantes que con sebo de cordero o tocino sacaban el máximo partido al pan duro de la semana.

Trucha a la aragonesa. El recetario tradicional aragonés contempla un buen número de platos elaborados con trucha, no es para menos dado que la pesca de esta especie salmónida supone un 70% de la actividad de la pesca en Aragón. Sus nombres varían en función de la zona en la que se cocinan (truchas Albarracín, del Alto Aragón, del Cinca a lo fino, del Pirineo al vino blanco…) o según el método de elaboración (asadas, estofadas, al hojaldre…). Precisamente la trucha es uno de los platos estrella de la zona del río Piedra. En el Monasterio de Piedra se puede visitar alguna de las balsas de la que fue la primera piscifactoría de España, en la que hay hermosos ejemplares de esta especie.

Frutas de Aragón. Dulce a base de frutas confitadas recubiertas de chocolate. Su aspecto es similar al de un bombón. Las frutas más características suelen ser de manzana, pera, sandía, albaricoque, cereza, higos, ciruelas o naranjas. Tradicionales de la comarca de Calatayud, la operación de bañarlas completamente en chocolate (de un 34% de cacao) se hizo posteriormente, cuando este llegó a España desde América. Para aquellos interesados en la historia del chocolate, es recomendable que visiten el Monasterio de Piedra, donde, según la tradición, se cocinó por primera vez este manjar en Europa.

Adoquines del Pilar. Es un dulce típico de la ciudad de Zaragoza. Se trata de un caramelo de grandes dimensiones (aunque se vende en distintos tamaños) que puede alcanzar hasta 500 g de peso. De ahí su nombre. Se necesitan varias horas para poder acabarlo.