«El lujo de lo cotidiano» es el lema con el que Bodega Pirineos está convocando a la prensa gastronómica con el fin de presentar su nueva gama Montesierra Selección 2015.

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Javier Fillat, responsable de Marketing y Comunicación de la firma ha acertado de pleno con el claim. En mi caso, el lujo de lo cotidiano era tener el corazón partido entre las dos citas diseñadas por la bodega de la Denominación de Origen Somontano para esta semana. El martes en La Prensa (Zaragoza), y el jueves en el Tatau Bistro (Huesca). Al final me ayudaron a decantarme por el establecimiento zaragozano poseedor de estrella Michelín. No obstante, si no conocéis el trabajo de Tonino Valiente en el Tatau, os advierto que estáis perdiendo un tiempo precioso. Tonino define su negocio como un restaurante «Rock & Roll, pícaro como las Pin Up de los años 50, una experiencia que marca, como los tatuajes que antaño dejaron huella en la piel de los marineros en cada puerto».

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Silvia Arruego, gerente de Bodega Pirineos, nos recibió bien acompañada de varios representantes de la bodega, como el poeta y artífice, el padre de estos vinos, el enólogo Jesús Astraín. Montesierra Selección Tinto, Rosado y Blanco componen un triunvirato de alta calidad, «vinos muy confortables», en palabras de Astraín, que sorprenden por su excelente relación calidad-precio. El Montesierra es un vino de los de toda la vida, que ahora se incorpora a sector de la restauración luciendo nueva etiqueta, en la que sigue teniendo presencia aquel inolvidable caballo sobre un fondo pirenaico.

El padre de la criatura asegura que Montesierra Selección Tinto 2015 es “el mejor tinto joven del Somontano”. Moderno, aromático, con predominio de frutas negras, arándanos, mora, ciruela negra y algo de cacao. En mi opinión, si no es el mejor, anda entre los mejores. Vino sabroso, de trago largo, para disfrutarlo con o sin comida. Un soplo de aire fresco procedente de las cumbres nevadas de los Pirineos. Un estupendo embajador de la Denominación de Origen Somontano.

La jornada sirvió, además, para debatir sobre la percepción que tiene el público aragonés en relación a este tipo de vinos jóvenes que sostienen muchas añadas de recorrido. Es decir, clásicos renovados, o en fase de adaptación a los nuevos gustos y tendencias del mercado. Bodega Pirineos apuesta sin dudarlo por mantener la tradicional marca Montesierra, y lo hace presentándonos la nueva gama «Selección». Un acierto en cualquiera de sus tres versiones.

Y el lujo de lo cotidiano fue acompañado por el impecable trabajo de David Pérez, oficiando de maestro de ceremonias de La Prensa, y su esposa, Marisa Barberán, dirigiendo la sorprendente cocina del establecimiento semi escondido en el barrio de San José.

La Prensa nació en 1970 de la mano del padre del actual propietario, David Pérez, como un negocio que se dedicaba a la venta de vinos a granel. Cuenta desde el año 2012 con una estrella Michelín, y en 2013 fue galardonado por la guía Repsol con un sol.
Los platos de la carta fueron matizados o reinventados para adaptarse y poner en valor a los vinos protagonistas del maridaje. En los entrantes me quedo con la “Evolución de la Gilda” (oliva bañada en oro, rellena de esferificaciones de guindilla y anchoa), y la exquisita croqueta de queso azul y nueces.

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Después, pasamos a propuestas que, inicialmente, deseaban subrayar la resistencia y versatilidad del blanco y del rosado, con el aromático Huevo, Boletus y flor de ajo; la Vieira con su base de borrajas, patata trufada y gelatina elaborada con el Montesierra blanco/rosado; un Rodaballo sobre huevas de trucha y arroz con plancton («la fuente de la vida», nos recordaba David); y otro manantial de vitalidad en forma de Solomillo de Agnei Ibérico para jugar con una cama de brasas y albaricoque.
Parafraseando a Jesús Astraín: una magnífica ocasión para redescubrir los «vinos de impacto» de Bodega Pirineos, acompañados por el inteligente maridaje y la divertida cocina de La Prensa.

Las fotos son de Eduardo Bueso.