Uno de los indispensables de la capital aragonesa, el restaurante Aragonia Palafox, ha decidido aportar nuevos aires a su carta, al servicio de sala y a las actividades que desarrollan en torno a la gastronomía. Lo está haciendo, desde mi punto de vista, con el buen criterio de aquel que sabe escuchar y observar a un mercado en constante movimiento.
Para comenzar, os aporto un calendario de experiencias gastronómicas que han titulado “Aragonia Culinaria”. Se trata de abrir las puertas de la cocina del restaurante Aragonia a cuatro destacados establecimientos aragoneses, que ofrecerán una muestra de su trabajo durante dos días en Zaragoza. El ciclo comenzó a finales de septiembre con Diego Herrero, del restaurante Vidocq (Formigal), y continuará los días 26-27 octubre, con Óscar Viñuales y Beatriz Allué, de El Origen (Huesca); 16-17 noviembre, con Fanny Oliva, Torre del Visco (Fuentespalda, Teruel); y concluirá los días 30 de noviembre y 1 diciembre, con David Fernández Piracés, del Gratal (Ejea de los Caballeros, Zaragoza).
Y para continuar, me gustaría animaros a conocer la nueva carta del restaurante Aragonia. Su chef, Noelia Andia, y su nuevo responsable de sala, Lolo Artero, forman una eficaz pareja de baile que contentará a los espíritus más veteranos y exigentes, a los timoratos o dubitativos, y a los jóvenes que desean introducirse en las artes de la alta restauración sin sufrir un descalabro económico.
Como ya apreciamos en pasadas propuestas, Noelia apuesta decididamente por los productos de calidad y de temporada, siempre primando las recetas y productos de nuestra región.
En esta ocasión, destacan entre los entrantes el Trío de jamones, Jabugo, Guijuelo y La Fueva o el colorido Salmorejo de moras y tabouleh de remolacha con bogavante (auténtico superventas del verano). Difícil de olvidar fue el Duo de Humus, garbanzos y berenjenas baby, elaborado en varias versiones cada uno de los ingredientes. Y, magnífico fue el Ravioli relleno de longaniza de Graus y salsa de pera, en la que se apreciaban equilibrados toques de mostaza.
En el apartado de pescados, entre otras opciones, excelente el Bacalao desalado con vichysoisse de pera y seta enoki o su plato estrella, Arroz meloso con calamar y bogavante. Y en entre los platos de carne, me sorprendieron muy gratamente las Albóndigas de Ternera con salsa de naranja; y el Ternasco de Aragón, en forma de Tournedó con yuca y ajoarriero (plato participante en la última edición del Concurso de Ternasco de Aragón).
En la parte más dulce, variedad de postres entre los que destacan la Torta de Sésamo con queso aragonés y helado de miel y piñones o una tarta fina de manzana con helado de yema y caramelo. Algunos platos se pueden solicitar en media ración o ración completa.
El restaurante incluye también tres menús para los que prefieren esta opción: Menú de trabajo por 26€ / persona, y dos menús degustación, por 36€ y 46€, según el menú elegido. Y no olvidamos la bodega de Aragonia, uno de los puntos fuertes del restaurante. La nueva carta de vinos se basa en la recomendación de Artero, sumiller y responsable de sala con seis años de vinculación a la casa. Para esta temporada ha preparado tres apartados: vinos de 14€, vinos de 20€ y “últimas oportunidades” en la que se proponen vinos especiales, de cantidades limitadas y botellas casi únicas.
Lolo nos propuso disfrutar del postre (Sorbete de piña y vodka) en el interior de la bodega. Suele hacerlo cuando se lo pide un cliente, aunque la mayor parte de las veces se deja llevar por la intuición y escoge a la pareja más predispuesta para saborear esa atmósfera especial.
El restaurante dispone de salón privado para 14 personas y bajo petición se preparan menús especiales para celebraciones o eventos empresariales, tanto en la sala del restaurante como en la bodega, que es un auténtico lujo.
Las reservas se pueden hacer a través del teléfono 976 79 42 43. El parking es gratuito con la reserva.
Fotos: Eduardo Bueso, Almozara y AG Comunicación.
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