Melenas al aire y rugidos estruendosos en el 84 Burger Café de Zaragoza. No pude evitar sentir la presencia de Dennis Hopper, jefe y prota de la mítica peli Easy Rider, deambulando por la barra en busca de una dosis de contracultura. De acuerdo, estamos en el 2016 y los sesenta quedaron lejos, pero perdura algo en el espíritu de estos animales de dos ruedas que merecen ocupar un lugar en la Historia.

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Olor a gasolina, rugido de motores, unos cuantos barbudos indómitos, y espectaculares máquinas Harley Davidson. Escenografía perfecta para la presentación a la prensa de un espacio para los iconoclastas, para otro tipo de hedonistas.

La cocina, sin grandes pretensiones -recuerda, estamos en el templo Harley-, pero honesta y elaborada con productos de proximidad, está avalada por Pedro Martín, chef del zaragozano restaruante El Foro. Yolanda Escaño y Macarena Andrés, son parte de un equipo que marchará sobre ruedas en los próximos años.

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Pide unos Nuggets de pularda 84 burguer café, y las alitas de pollo (de corral aragonés) al ajillo; seguido de una degustación de hamburguesas realmente especiales acompañadas de salsas caseras y 100 % ternera, pollo y ternasco. Hazme caso, sorpréndete con la 84, una hamburguesa de 250gr servida en plancha caliente con huevo poché qué, tanto vale para acompañarla como para hacerte unos huevos rotos con las patatas que lo acompañan.

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Me gustó  el trato cariñoso hacia los productos de calidad que producimos cerquita de la capital aragonesa, su homenaje al Ternasco de Aragón IGP, el ronroneo de una moto de gran cilindrada acompasando un trago de cerveza. También me puso «como una moto» esa salsita barbacoa al whisky, con la que acompañan los nugets. Sin embargo, a la «Ensalada Gas» la rebautizaría, o le añadiría mucho más gas, o nitrógeno, o un punto de ahumados intensos…

84 burguer café es un formidable punto de encuentro para conversar sobre tal o cual modelo de moto mientras cenas y te tomas una copa. Ten en cuenta que los fines de semana cierran a las 24:00.

En la peli de los moteros que aludía al inicio no les vi comer demasiado, copas tomaban unas cuantas. Desfilaban famélicos, ingrávidos, y un joven y efervescente Jack Nicholson se hizo famoso, también el estoico Peter Fonda, pero menos. Desde el estreno de aquella inolvidable obra se generó un movimiento de moteros que tenían mucho que ver con el espíritu Harley. Con los años dejaron de ser hippies y comenzaron a comer bastante mejor.

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La escena inicial en la frontera de México creo que tiene algo que ver con la hamburguesa Fat Boy que ofrecen en el 84 burguer café. No me refiero a los tejemanejes de enervantes que terminan en los depósitos de las motos, sino a las cantinas y al guacamole, al Viva Méjico de Elia Kazan. Pregunta por ella, la Fat Boy es un acierto antes de salir a devorar kilómetros.

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Las fotos son del motero Eduardo Bueso.